CIRUGÍA REFRACTIVA


El ojo humano puede tener defectos refractivos que le ocasionan visión borrosa y estos son la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. En un ojo normal (ojo emétrope), las imágenes entran en el ojo y son enfocadas por la córnea y el cristalino en la retina, que actúa como la película de una cámara fotográfica, la cual transmite las imágenes al cerebro. Si estas imágenes no se proyectan en la retina, se produce visión borrosa y esto es lo que ocurre cuando el ojo tiene un defecto de refracción. Para que los pacientes puedan ver de una forma nítida, es necesario enfocar las imágenes en la retina y esto se puede conseguir con gafas, lentes de contacto o CIRUGÍA REFRACTIVA. Miopía: En el ojo miope las imágenes se forman por delante de la retina, causando visión borrosa de lejos.
Hipermetropía: En el ojo hipermétrope, las imágenes se forman por detrás de la retina, causando visión borrosa de cerca y con el tiempo también de lejos.
Astigmatismo: En el ojo astígmata las imágenes, tanto de lejos como de cerca, se desdoblan causando una visión distorsionada.

¿Es buena la cirugía refractiva para todos los pacientes?

Algunos pacientes son mejores candidatos que otros. Debe ser realizada en pacientes de más de 20 años de edad y con el defecto refractivo estabilizado durante al menos el último año antes de la intervención (excepto en la técnica facorrefractiva) Para determinar su condición, además de un examen oftalmológico completo, utilizamos los medios más sofisticados para el diagnóstico ocular, como los estudios automatizados para la refracción, los topógrafos corneales computerizados de elevación y de disco de plácido para el análisis de la córnea y aparatos de ultrasonidos para medir el espesor de la córnea y el tamaño del ojo. Esta información combinada con la historia clínica del paciente, permitirá a nuestro equipo especializado en CIRUGÍA REFRACTIVA, valorar cada caso en particular y aplicar el tratamiento o la técnica quirúrgica más adecuada.