GLAUCOMA AGUDO

 


El glaucoma agudo o “dolor del clavo” es una enfermedad ocular que se presenta de forma súbita con un gran aumento de la presión intraocular y un fuerte dolor, pudiendo causar la ceguera en pocas horas. Una revisión oftalmológica permite su detección antes de que ocurra y prevenirla de forma eficaz con un tratamiento láser.

¿Qué es el glaucoma agudo?


Dentro del ojo se produce un líquido, llamado humor acuoso, que es desaguado por unos pequeños conductos a la circulación sanguínea. Este líquido da presión al ojo, siendo normal entre 10 y 20 mmHg. El desagüe puede obstruirse de forma súbita cuando la pupila se dilata, causando un aumento de la presión intraocular, que llega a alcanzar valores de 60-70 mmHg y provoca en pocas horas la atrofia del nervio óptico.

¿Qué síntomas ocasiona?


El ataque agudo de glaucoma cursa con un dolor ocular intenso (de ahí su nombre de “dolor del clavo”), vómitos, mal estar general, visión borrosa, visión de halos coloreados alrededor de las luces y termina con la pérdida total de la visión en unos días.

¿Cuáles son las causas?


El factor hereditario es el más importante, sobre todo en personas mayores de 40 años y entre la población hipermétrope. El uso indiscriminado de ciertos medicamentos tranquilizantes, broncodilatadores, o cualquier medicación que dilate la pupila, pueden provocar un glaucoma agudo en pacientes predispuestos genéticamente.

¿Se puede prevenir?


El glaucoma agudo afecta al 12% de los pacientes que presentan una “cámara anterior estrecha”, es decir el espacio entre el iris y la córnea, donde se encuentran los pequeños desagües del humor acuso, es muy pequeño, pudiendo bloquearse ante pequeñas dilataciones de la pupila. Algunos pacientes sufren algunos episodios previos al atardecer, con dolor de cabeza y visión de halos coloreados alrededor de las luces. El oftalmólogo puede detectar los pacientes con cámara anterior estrecha y realizar una simple intervención con láser, iridotomías con láser, que previenen la aparición del glaucoma agudo.

¿Cómo se trata?


Es una urgencia oftalmológica y debe ser tratado a las pocas horas de su aparición para evitar la ceguera. El tratamiento consistirá en intentar bajar la presión con medicamentos para a continuación realizar las iridotomías con LÁSER en los dos ojos, a pesar de que el cuadro agudo se presente inicialmente en un ojo. En ocasiones es necesario llegar a una intervención quirúrgica. El resultado final dependerá del tiempo transcurrido desde el inicio del ataque.