El glaucoma o “ceguera silenciosa” es una de las primeras causas de ceguera en nuestro país. El tratamiento de esta enfermedad consiste en disminuir la presión intraocular con el uno de medicamentos, láser o cirugía. Con los tratamientos se intenta detener la enfermedad, pero no se puede recuperar la visión perdida y por ese motivo el diagnostico precoz es la clave para conservar la visión.
¿Qué es el glaucoma?
Cuando por una obstrucción súbita o progresiva de las vías de evacuación del humor acuoso, la presión intraocular supera los 21 mmHg, comienza a atrofiarse el nervio óptico causando la pérdida del campo visual, y con el tiempo la ceguera.
¿Cómo se trata?
Dependerá del grado de evolución de la enfermedad, pero lo que hay que hacer es disminuir la presión intraocular del ojo mediante un tratamiento farmacológico adecuado o bien proceder a una intervención quirúrgica o con láser, cuando la presión no se consigue controlar con la medicación o el paciente sigue perdiendo visión.
¿En qué consiste la cirugía del glaucoma?
Una primera opción es el láser y se aplica para facilitar la salida del flujo ocular con el objeto de reducir la presión intraocular. Es posible, sin embargo, que los efectos de la cirugía con láser vayan desapareciendo con el tiempo y que los pacientes que se hayan sometido a la misma necesiten seguir tomando medicamentos para el glaucoma.
En esos casos es cuando es cuando se recomienda la intervención quirúrgica, que consiste en ampliar la zona de salida del flujo intraocular mediante la creación de una nueva vía de drenaje o el implante de una válvula de drenaje artificial. Se realiza con anestesia local y no requiere ingreso hospitalario.
¿Pueden existir complicaciones?
Como en cualquier intervención quirúrgica pueden presentarse unas complicaciones comunes como son la infección y el avance en el desarrollo de cataratas. Complicaciones más especificas serían el funcionamiento en exceso de la vía quirúrgica causando una presión ocular más baja de lo normal, o por el contrario el cierre de la vía de drenaje, con un nuevo aumento de la presión. Pero teniendo en cuenta la gravedad de la enfermedad, las posibles complicaciones son de menor relevancia que en otras cirugías.