La degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) es la principal causa de pérdida visual grave irreversible en el mundo occidental, en personas mayores de 50 años. Actualmente, más de 25 millones de personas sufren esta enfermedad y cada año se diagnóstica unos 500.000 afectados nuevos.
La mácula es la parte central de la retina, responsable de la visión de los objetos situados enfrente del ojo. Cuando la mácula se altera, el centro de la imagen se ve borroso, no se pueden ver los detalles ni de cerca ni de lejos, sin embargo, la visión periférica (lateral) funciona.
Existen dos tipos de degeneración macular relacionada con la edad (DMAE): “seca” (atrófica) y “húmeda” (exudativa):
Este tipo de degeneración es bastante común. Aproximadamente el 80% (8 de cada 10) de las personas con DMAE tienen el tipo de degeneración seca. La DMAE seca se produce debido a la aparición de pequeños depósitos amarillos (Drusas) debajo de la retina, que pueden aumentar de tamaño, esto puede provocar que las células retinianas en la mácula encargadas de procesar la luz mueran, haciendo que la visión se vuelva borrosa. Esta forma de la enfermedad suele empeorar lentamente.
Actualmente no existe ningún tratamiento efectivo para la DMAE seca, aunque en este año 2023 la FDA (Food and Drug Administration, que es la agencia gubernamental de Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos y medicamentos) dé un nuevo fármaco para un subtipo que es la DMAE seca de tipo geográfico que enlentece la progresión de la enfermedad, se trata del Pegcetacoplan (Apellis), es un fármaco que se debe inyectar en el ojo de forma mensual.
Hay estudios que demuestran que las personas con DMAE seca se pueden beneficiar de la toma diaria de ciertas combinaciones de vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales Omega 3. Estos complejos pueden ayudar a enlentecer la evolución de la enfermedad.
Este tipo es menos común, pero mucho más grave. La DMAE húmeda se produce cuando crecen vasos sanguíneos anormales bajo la retina. Estos vasos pueden permear sangre u otros fluidos produciendo que la visión se pierda más rápido que en la DMAE seca.
La DMAE húmeda no tiene cura, sin embargo, tenemos tratamientos que intentan frenar y estabilizar la enfermedad, el tratamiento consiste en inyecciones intravítreas de fármacos antiangiogénicos que son ranibizumab, afilibercept y los recientemente aprobados brolucizumab y faricimab, estos medicamentos van inyectados en el ojo y se diferencian básicamente en la composición y el tiempo de duración de su efecto a nivel intraocular, que puede variar desde 4 a 16 semanas.
El diagnóstico de la DMAE lo debe realizar el oftalmólogo, para ello es necesario una revisión exhaustiva que debe consistir en:
Las pruebas diagnósticas son especialmente importantes, no solo para el diagnóstico, sino también para establecer un pronóstico de la enfermedad y su posterior seguimiento, estas pruebas son: